Confieso que soy siempre y nunca, soy la representación de una serie de inseguridades y decisiones cambiantes, que un día, dentro de mi encuentro la hermosa serenidad y mi interior se convierte en un edén tan pacifico y luminoso que dan ganas de la eternidad, y al siguiente día todo eso se torna en una guerra constante de sentimientos y emociones, todo caos y angustia. Es que en mi hay mucho y a veces nada, a veces platico conmigo y me entiendo perfecto y a veces no se que está pasando. Soy y no soy, vivo bonito y quiero todo, pero más importante aún, sé que es lo que quiero, y al minuto no quiero nada o cambia el panorama y lo olvido, soy una guerrera llena de coraje y valentía y también una niña con miedo a las confrontaciones y solo ganas de jugar. Soy todo y nada, lloro, río, siento mucho. ‘Me conozco perfecto y se que estoy aprendiendo día con día más y más cosas de mi, que aún así puedo sorprenderme de mi misma y encontrar mucho más aún, me amo y me siento cómoda conmigo lamentablemente de repente no tengo idea de quien soy, me siento ajena a mi, a mi cuerpo, a mi vida y a mis decisiones. Es increíble cómo puedo crecer y convertirme en un gigante majestuoso con pisada fuerte y mirada determinante y después despertar como un duendecillo con miedo y necesidad de esconderse, que a pesar de que tienen una bella magia no encuentra forma de exponerla al mundo. Tan yo! Tan decisiva y determinante y a la vez tan insegura y cambiante, volátil en todos los aspectos pero aceptando todo, soy blanco, soy negro, pero en realidad soy de colores muchos bellos y brillantes colores, soy verdad y soy mentira, soy una historia, un cuento con matices, soy fuego y soy agua, soy tierra y soy viento, soy luz y oscuridad, estoy arriba y abajo, soy amor creciendo, soy las más seguras indecisiones, creo todo en mi, mi universo es el bello caos que no permite que mi vida sea serenidad por completo, que la insípida monotonía no llegue jamás y siga siendo una hermosa contradicción.