Amar a alguien perfecto es fácil, enamorarse y caer rendido en la mentira es de otro mundo pero es algo que sucede, enamorarse de lo bueno y pasar por alto los mil y un defectos de otra persona es lo difícil complicado y doloroso, entregarse en cuerpo y alma a alguien de quien no tienes certeza es lanzarse a un precipicio donde no sabes que te espera para sostenerte o amortiguar la caída, sin importar el golpe que vayas a recibir, ir a lo seguro es lo que cualquiera haría , es fácil dejar todo cuando sabes lo que te espera, cuando sabes y tienes una idea de esa persona y tienes la seguridad de que no te va a fallar, lo difícil es entregarse y abandonarte a ti mismo cuando no tienes idea que lo que está a la vuelta, caminas con los ojos vendados esperando no caerte, solo guiado por ese alguien que te tiene en su poder, cegado con tanta luz y alegrías que no sabes en qué se convertirán mañana, cualquier forma de amar es digna de disfrutarse y vivirse al máximo porque de eso se trata el amor, abrazar ese momento cálido y acogedor y estar dispuesto a recibir todo los fríos del abandono, no se trata de ver quién da más, se trata de dar todo sin remordimientos, con el miedo que da ese jugo a la vida con la única seguridad de que lo que das es lo que vale y lo que recibes es lo que te llena, saberte y conocerte amado es lo más maravilloso del mundo, amar es como la caída al precipicio, que va acompañada de un hermoso paisaje, y cuando caes al menos disfrutar cada momento, el aire en tu piel, la luz penetrante, la adrenalina por dentro, la vista increíble, pero lo más importante la satisfacción de haberte lanzado sin titubeos porque el único paracaídas con el que cuentas es el que tú llevaste a la aventura, lo que entregaste y diste de ti, si se abre completo es porque realmente diste todo y eso es lo que amortigua todo el dolor, que al final eso es el amor se siente como volar, pero en realidad en una caída en picada.